11/9/09

HAMBRE EN EL MUNDO




El hambre nace, en primer lugar, de la pobreza. La seguridad alimentaria de las personas depende esencialmente de su poder adquisitivo y no de la disponibilidad física de alimentos . El hambre existe en todos los países: ha vuelto a aparecer en los países europeos, tanto del Oeste como del Este, y está muy difundida en los países poco o mal desarrollados.
A pesar de todo, la historia del siglo XX enseña que la escasez de recursos económicos no es una fatalidad. Numerosos países han despegado económicamente y siguen haciéndolo ante nuestros ojos; otros, en cambio se hunden, víctimas de políticas —nacionales o internacionales— fundadas en falsas premisas.


El hambre puede provenir al mismo tiempo:
a) de políticas económicas equivocadas. Las malas políticas económicas de los países desarrollados afectan indirectamente, pero con fuerza, a todos los que carecen de recursos económicos en cualquier país;


b) de estructuras y costumbres poco eficaces y que incluso llegan a destruír la riqueza de los países:


– a nivel nacional, en países cuya salida del subdesarrollo tiene altos costos sociales (19): los grandes organismos, públicos o privados, que ejercen monopolio, lo que a veces es inevitable, se han transformado en freno, en vez de ser motor del desarrollo; los reajustes estructurales emprendidos en varios países desde hace diez años lo han demostrado;
– a nivel nacional en los países desarrollados: sus deficiencias se notan menos en el ámbito internacional, pero son igualmente perjudiciales para todos los desfavorecidos del mundo, directa o indirectamente;
– a nivel internacional: las restricciones para el comercio y los incentivos económicos a veces desordenados;


c) de comportamientos deplorables en el ámbito moral: búsqueda del dinero, el poder y la imagen pública, por sí mismos; menor sentido del servicio a la comunidad, en beneficio exclusivo de personas o de grupos; y no olvidemos la corrupción considerable que se presenta bajo muy distintas formas y contra la cual ningún país puede preciarse de estar protegido.
Todo lo anterior expresa la contingencia de toda acción humana. En efecto, a menudo, a pesar de las buenas intenciones, se han cometido errores que han provocado situaciones de precariedad. El hecho mismo de notarlas ayuda a encaminarse hacia su solución.
El desarrollo económico es algo que se ha de cultivar; tanto las instituciones como las personas deben repartirse las responsabilidades. La doctrina social de la Iglesia y el análisis de sus encíclicas sociales puede iluminar eficazmente la función del Estado.
La causa profunda de la falta de desarrollo, o de un desarrollo con altos costos sociales, es de orden ético. Llama en causa la voluntad y capacidad de servir gratuitamente a los hombres, a través de los hombres y para los hombres. Comprende todos los niveles, la realidad compleja de las estructuras, legislaciones y comportamientos; se manifiesta en la concepción y en la realización de actos cuyo alcance económico puede ser grande o pequeño.
Las recientes evoluciones económicas y financieras en el mundo ilustran esos fenómenos complejos; el factor técnico y el moral intervienen en ellos muy especialmente y determinan los resultados de las economías. A continuación se trata de la crisis de la deuda en la mayoría de los países en desarrollo con altos costos sociales, y de las medidas de reajuste que se han tomado o se van a tomar.
ART. EL PAIS

No hay comentarios: